La victoria de Hollande en Francia ha sido celebrada como propia por el socialismo español. Han interpretado este hecho como la muestra clara y palpable de que las medidas de ajuste impuestas por los gobiernos europeos de centro derecha son tan antisociales y generan tal indignación en la ciudadanía, que la consecuencia inmediata es que votan al socialismo salvador. El siguiente paso es desempolvar a Keynes y abogar por un aumento del gasto público como requisito imprescindible para el crecimiento, en clara contraposición a las políticas que imperan en estos momentos en la zona euro que se inclinan por la austeridad y la disminución del gasto.

 A mi juicio este debate interesado entre austeridad y crecimiento es totalmente falso ya que ambos conceptos no son excluyentes como el socialismo quiere hacer creer, sino que son complementarios. Lo que habría que intentar es que la balanza no se descompense hacia ninguno de los dos pero en cualquier caso los socialistas españoles no son los más indicados para criticar las medidas que los gobiernos del Partido Popular están tomando y que en el caso de Castilla-La Mancha ya están teniendo sus frutos en lo que concierne a la vuelta a la estabilidad presupuestaria y al rigor, a poco que nos fijemos en los presupuestos recientemente presentados.

 En la izquierda hay quien ha ido más lejos y ha aventurado que lo ideal sería lanzar una especie de “Plan Marshall” compatible con las políticas de austeridad. Cuando el general Marshall, hizo públicas las líneas generales de la contribución a la recuperación europea estaba convencido, y no se equivocaba, de que la estabilidad económica aportaría estabilidad política a Europa pero evidentemente las circunstancias de la Europa de entonces recién salida de una guerra, en nada se parecen a las actuales. Durante los cuatro años de vigencia del Plan, los estados que se acogieron a él recibieron un total de 13 mil millones de dólares de la época. []Una vez completado el Plan, la economía de todos los países participantes, excepto la República Federal Alemana, había superado los niveles previos a la guerra y en las dos décadas siguientes, Europa Occidental alcanzó un crecimiento y una prosperidad sin precedentes. Si bien en los últimos años muchos historiadores han cuestionado tanto las motivaciones subyacentes como la eficacia del Plan. Evidentemente el nuevo Plan Marshall por el que abogan los partidarios de Hollande lo tendría que pagar Alemania y no EE.UU.

 

 En España hemos tenido un Plan Marshall castizo. El famoso Plan E de Zapatero que lo único que hizo fue disparar el déficit para crear unos empleos precarios y con fecha de caducidad en los que habría dado igual que unos parados se dedicaran a abrir zanjas por la mañana y otro grupo de parados a cerrarlas por la noche ya que de lo único que se trataba era de que con sus sueldos, pagados con dinero público, nos catapultásemos hacia el crecimiento. No fue así.

 En cualquier caso el Plan Marshall original no dejó ni un céntimo en España pero al menos posibilitó que Berlanga rodara una película que todos los expertos califican como verdadera obra maestra. Las actuales recetas de la izquierda me temo que no darían ni para una película. Si acaso para una de serie B.

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Written by Miguel Angel Rodríguez
He sido muchas cosas, ahora solo un ciudadano de a pie que expresa su opinión sobre los asuntos de su interés, que son variados. Si no os gusta lo que leéis podéis seguir circulando. Sin acritud. Per aspera ad astra.