foto encomienda malagonLa publicidad existe desde los orígenes del comercio cuando se empezaron a comercializar productos que había que dar a conocer y comunicar la existencia de los mismos. La publicidad busca inclinar la balanza motivacional del sujeto hacia el producto anunciado por medios psicológicos, de manera que la probabilidad de que el objeto o servicio anunciado sea adquirido por el consumidor, se haga más alta gracias al anuncio. Sin duda el reciente anuncio de la conocida marca de refrescos, en el que afirman literalmente que “aún existen políticos extraordinarios que consiguen que no perdamos la fe en el ser humano”, es una apuesta arriesgada desde el punto de vista comercial. La agencia encargada del anuncio, la muy conocida y premiada “Sra. Rushmore”, arriesga una vez más con un anuncio que alguien podría calificar como políticamente incorrecto, al intentar romper una lanza por una actividad como la política y las personas que a ella nos dedicamos. Es verdad que el marketing y la política siempre han estado unidos pero no por ello deja de ser inusual que, en los tiempos que corren, alguien quiera vender más refrescos poniendo en valor la labor diaria de políticos desconocidos. Pero es que lo que dice el anuncio es verdad y hay miles de políticos en España, de uno y otro signo, que trabajan día a día por mejorar las condiciones de vida de su pueblo o de su entorno. Y lo hacen con la conciencia de que están haciendo lo que tienen que hacer porque así lo han querido los ciudadanos, que están cumpliendo con su deber movidos por su vocación de servicio y en muchos casos, cuando se trata de municipios pequeños, hasta sin cobrar. Por eso es bueno y hasta necesario que haya anuncios de este tipo para demostrar que no todos los políticos son iguales. Para decir que hay algunos políticos que pudieron ser parte del problema pero que hay una inmensa mayoría de políticos que son parte de la solución. Y por eso es bueno también que se reconozca la trayectoria ejemplar de servicio público de los políticos que salen en el anuncio y de los que nunca van a salir en un medio de comunicación nacional pero que trabajan sin descanso por sus gentes.

Y hablando de reconocer la trayectoria de un político honrado y ejemplar no puedo dejar de contar lo que el pasado viernes pudimos vivir en Malagón. En ese antiguo lugar que formaba parte del señorío de los duques de Medinaceli; en ese Malagón que Teresa de Cepeda y Ahumada, la que después sería la gran  Santa Doctora de la Iglesia, eligió para fundar uno de sus conventos; allí en “su” Malagón José Alberto Martín-Toledano y Suárez recibió de manos de la presidenta de Castilla-La Mancha la Encomienda de la Orden del Mérito Civil. Una condecoración instituida por el rey Alfonso XIII por Real Decreto de 25 de junio de 1926, que tiene por objeto premiar los méritos de carácter civil adquiridos por el personal dependiente de alguna de las Administraciones Públicas que hayan prestado relevantes servicios al Estado, con trabajos extraordinarios, provechosas iniciativas o con constancia ejemplar en el cumplimiento de sus deberes. La cantidad de personas que asistimos al acto, del PP y del PSOE, y la gran cantidad de vecinos que quisieron acompañar a José Alberto y a su familia dan buena muestra de que el alcalde de Malagón no se equivocaba cuando la solicitó. Políticos como José Alberto Martín-Toledano son el vivo ejemplo de que la actividad política cuando es  ejercida con honradez, con rigor y con eficacia es una actividad noble y necesaria. Todos los que conocemos a José Alberto sabemos de esa constancia ejemplar en el cumplimiento de sus deberes aún en circunstancias difíciles, por eso no se me ocurre nadie más merecedor de esta distinción que él. Enhorabuena.

 

(En la foto aparece el homenajeado acompañado por mí y por otras senadoras y diputadas nacionales como Carmen Fúnez y Rosa Romero)

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Written by Miguel Angel Rodríguez
He sido muchas cosas, ahora solo un ciudadano de a pie que expresa su opinión sobre los asuntos de su interés, que son variados. Si no os gusta lo que leéis podéis seguir circulando. Sin acritud. Per aspera ad astra.