“¡Oh tiempos, oh costumbres!” que diría el clásico. Un año más la noche del día 30 de abril, diferentes rondallas se acercaron hasta el Camarín de Nuestra Señora la Virgen del Prado para cantar los populares mayos. Durante esa noche diferentes asociaciones y colectivos instalan Cruces de Mayo con el objetivo de cantar y rezar a la cruz, invitando a todos a los que se acerquen a contemplarlas a dulces típicos de la zona, acompañados de la tradicional limoná. Esta costumbre está muy extendida en la provincia de Ciudad Real en localidades como Villanueva de los Infantes, Pedro Muñoz, Piedrabuena, Puebla de Don Rodrigo y también el Campo de Calatrava, donde alcanzan proporciones de fiesta grande. Como todos los años visité alguna de las cruces instaladas en Ciudad Real, en una noche agradable que congregó a mucho público en la calle. Se pasea, se saluda a los amigos y se acerca uno a la cruz con la excusa del canto de los mayos. Ahora con la legislatura vencida me acuerdo de algunos momentos vividos en el Ayuntamiento a cuenta del grupo municipal que ha sostenido al PSOE, que presentó una moción pidiendo una Ciudad Real laica. Como si eso estuviera en la mano del Ayuntamiento. Como si el Ayuntamiento pudiera borrar de un plumazo la tradición y la devoción de los ciudadrealeños. No se qué motivación última tenían cada una de las personas que se acercaron esa noche a las cruces, pero si sé que la cruz es el símbolo cristiano por antonomasia.
Han sido sin duda una opción política alejada por completo del sentir de los ciudadanos de Ciudad Real, pero han sido también los socios necesarios de un PSOE que ha pasado con más pena que gloria durante estos cuatro años. La historia de la humanidad está llena de fracasos. Fracasos grandes y pequeños, individuales y colectivos, involuntarios o provocados. Lo importante de un fracaso es sacar las conclusiones adecuadas, pedir disculpas y evitar que vuelva a suceder. El fracaso del PSOE y de PODEMOS en esta legislatura es difícil de calificar. Es difícil de calificar porque desde el Grupo Popular llevamos advirtiendo desde el principio de los errores que se iban cometiendo. Me acuerdo especialmente del tema de las remunicipalizaciones. Querían acabar con un modelo de gestión de los servicios que garantiza a los vecinos de Ciudad Real unos niveles de eficacia y de calidad. Querían acabar de paso con casi 200 puestos de trabajo directos. Ahora piden un segundo tiempo. Espero que nadie se llame a engaño y que no les den la oportunidad de culminar sus planes en los próximos cuatro años. El peligro no ha pasado, el peligro pasará si el próximo 26 de mayo las urnas se llenan de papeletas del PP en las municipales y en las autonómicas. Y para no dramatizar quiero terminar con una anécdota: en 1978, la editorial Random House se vio obligada a repetir una tirada de 10.000 ejemplares al detectar una errata en una de las recetas de un famoso libro de cocina, “la cocina sin ampulosidades” de Sylvia Vaughn Thompson. En una receta para preparar un tipo de galletas caramelizadas se había omitido un ingrediente crucial: el agua. La editorial advertía a los lectores: “si se siguen las instrucciones de la receta, la leche condensada puede explotar y romper la tapa de la olla a presión”. En Ciudad Real si le damos cuatro años más al PSOE y a PODEMOS seguirán a rajatabla su receta equivocada, aunque explote la tapa de la olla a presión, aunque explote la ciudad. De nosotros depende añadir agua a tiempo en forma de votos para el Partido Popular. Si no se vota al PP después no valdrán las lamentaciones.
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