Hace escasamente ocho meses que la coalición del PSOE con Ganemos/Podemos gobierna en Ciudad Real y el balance no puede ser más desastroso. Nos decían que éramos hipercríticos, que no les habíamos dado ni los cien días de cortesía pero a la vista del panorama,ni cien días de cortesía les han servido para tener una idea clara de hacia dónde quieren ir. Al paso que van necesitarían cien años de cortesía y que mirásemos permanentemente hacia otro lado, y eso desde luego, no lo vamos a hacer. Por no hablar de la poca cortesía de la que hacen gala ellos, sin ir más lejos en el pasado pleno, pero de eso ya he escrito. Me gustaría poder ser menos duro en mis apreciaciones, pero la realidad es tozuda. Estos ocho meses se han caracterizado por una ausencia de trabajo por parte de nuestros bien remunerados ediles de gobierno. Se han limitado a reproducir programaciones y eventos consolidados desde hace lustros en nuestra ciudad, y cuando han intentado meter la cuchara y cambiar algo, siempre ha sido a peor. Podríamos traer a colación el desastroso inicio de curso escolar en las actividades de la concejalía de Educación. Con una oferta de idiomas extranjeros menguada y que empezó tarde y mal. Con algunas escuelas deportivas que ven el horizonte negro si no llegan ayudas en cuantía similar a otros años. Surgen necesidades cada día, porque eso es gobernar, y al que gobierna se le exige que de soluciones a esas necesidades y a esos problemas. Zamora y el PSOE pensaban que gobernar era sentarse en el sillón de alcaldesa a toda costa para evitar que gobernase el PP, que fue el partido más votado.
Si, queridos socialistas y demás adláteres, el PP fue el partido más votado y vuestro pacto es de perdedores. Y lo sabéis. Por eso cuando surge un problema su mente trata siempre de deslindarse del mismo y sobre todo, de la culpa, como una especie de protección hacia los ataques de otros – que a veces son más producto de la propia inconsistencia de quien nos gobierna. En estos ocho meses se han dedicado básicamente a una cosa: buscar culpables fuera de sí mismos, para cualquier problema sobrevenido. Recuerdo como si fuera ayer el lío que montaron con el hotel Cumbria. En una Junta de Gobierno decretaron su cierre inmediato sin oír a nadie, porque por lo visto alojarse o trabajar allí era más peligroso que Afganistán en día de mercado. Por supuesto lo cerraron ellos, pero la culpa, por lo visto, era del PP. Hace unos días reventó una tubería y convirtió una céntrica calle de la ciudad en un bonito canal veneciano. La culpa, por supuesto, fue del PP, según manifestaron a dúo el concejal de Urbanismo y la portavoz de Ganemos, que se calzó las botas de agua y se presentó en el lugar de la tragedia a fustigar a los peperos, que sin duda habíamos reventado la tubería por ciencia infusa. Hay más ejemplos chuscos, pero me refiero al último. Con razón o sin ella el Gobierno de García-Page va a cerrar un colegio en Ciudad Real. El que decía que no se cerraría ningún colegio en la región, ni ningún recurso sanitario, cierra un colegio. Los voceros de la izquierda se han adelantado en la prensa amiga a dar su versión de por qué se cierra el colegio y ¿adivinan de quien es la culpa, según ellos? Pues sí, de Cospedal. Seguid así, los días pasan…
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