En la vida no hay nada peor que no saber qué quieres. No saber si vas o si vienes y dejarte llevar cual brizna de hierba donde te lleve el viento. Que viene cierzo, allá que vamos a donde nos empuje. Que viene ábrego o solano, otro viraje. En política hay quien cree que diciendo cada día una cosa y sobre todo, diciendo lo que quieren oír los posibles votantes, van a llegar muy lejos. A Ciudadanos y a su líder carismático Albert Rivera les ocurre algo parecido. Y contagia a sus franquicias en el resto de España esa conducta errática. Aún recuerdo cuando el líder carismático en noviembre de 2015 pidió una intervención española en la guerra de Siria junto a la OTAN diciendo “nadie quiere la guerra, pero lo que tampoco podemos pensar es que vamos a acabar con el Estado Islámico, con su financiación, con su lavado de cerebro a tantísimos jóvenes, con un minuto de silencio”. Tenía razón, pero dijo esto sin que ningún socio de la coalición militar contra Daesh hubiera pedido una mayor implicación española y no quiero pensar lo que hubiera pasado, y lo que hubiera dicho Rivera, si el Gobierno hubiera participado en una operación terrestre con posibilidad cierta de bajas. Mesura Albert, mesura. Por poner algún ejemplo más cercano, sin remontarme muy atrás porque vemos que ejemplos hay muchos, aún tengo fresca en la memoria la portada de algún diario como El MUNDO, en su edición del 3 de septiembre (hace poco más de dos meses), en la que se podía leer: “Sánchez y Rivera aconsejan a Rajoy que no aplique el 155”. Cambió el viento y a los pocos días Rivera no sólo quería el 155 ya, pero ya, sino que un poco más y pide que salgan los tanques como pidió para Siria. Pasó de no querer el 155 a quererlo más que nadie en menos que canta un gallo. Y ahora están enarbolando la bandera de la equiparación salarial entre policías y guardias civiles con las policías autonómicas. Y otra vez llega tarde. No creo que nadie dude de mi compromiso personal con nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No solo creo que deben cobrar más, sino que pienso que son los mejores de entre nosotros y que en el caso de la Guardia Civil si no existiera habría que inventarla, por la impagable labor que hacen en toda España y en especial en el medio rural. En honor a la verdad hay que decir que entre las 150 medidas que Ciudadanos pactó con el PP para apoyar la investidura de Rajoy, no figuraba ninguna petición para estos colectivos. Sí para investigación, para autónomos, para emprendedores, para el cambio climático, un plan de choque contra el desempleo, mejorar la transparencia pública, una ley básica de Servicios Sociales, programas de refuerzo educativo…, pero en las cuarenta y cuatro páginas del documento ni una palabra sobre la equiparación salarial. Se les pasó. Y de este documento no hace tanto, es de agosto de 2016. No cayeron. Pero es que durante la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado para 2017, los vigentes, tampoco dijeron ni pío. Ojo, que a mí me parece fenomenal que ahora reivindiquen esto, porque Ciudadanos solo acierta cuando rectifica y apoya al Partido Popular. Tienen esa extraña habilidad. Fue el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso el que el 24 de octubre de 2017 presentó una Proposición en el Congreso en la que se instaba al Gobierno de Rajoy a equiparar los salarios, y Ciudadanos se sumó a la propuesta cuando el Gobierno ya había aceptado la reclamación. Han tenido que pasar treinta años de reivindicaciones para que sea este Gobierno, les guste o no, el que por primera vez haya incluido una partida en los presupuestos de 2018 con el compromiso de seguir plasmando esas partidas en presupuestos sucesivos, hasta lograr la equiparación total en 2021. Nunca antes se había atendido esta justa reivindicación de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Esta es la realidad y no otra. Por lo tanto ante esos giros y esas vueltas que da el “partido de la ciudadanía” mucha gente se pregunta ya ¿para qué sirve Ciudadanos?

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Written by Miguel Angel Rodríguez
He sido muchas cosas, ahora solo un ciudadano de a pie que expresa su opinión sobre los asuntos de su interés, que son variados. Si no os gusta lo que leéis podéis seguir circulando. Sin acritud. Per aspera ad astra.