La semana recién terminada se ha hablado mucho del presupuesto municipal para 2019. Ya saben que estamos hablando de presupuestos a estas alturas del año porque no se aprobaron cuando tocaba porque GANEMOS ha preferido jugar un rato amagando con el no para luego decir que sí a cambio de no sabemos qué. El presupuesto es importante porque es el documento que marca las líneas generales de las actuaciones que se quieren llevar a cabo en el municipio. Planifica los gastos y prevé los ingresos con los que financiar esos gastos. Es el que asigna los recursos para llevar a la práctica las ideas del equipo de Gobierno. Pero el presupuesto no hace milagros. Tienen que existir ideas y ganas de poner en marcha un proyecto que beneficie a la mayor parte de los vecinos. Saber cuál es el modelo de ciudad que queremos. Planificar las inversiones con criterios lógicos beneficiando a todos los barrios por igual y sobre todo dar servicios de calidad a unos vecinos que pagan impuestos para que eso sea así. Nada de eso ocurre en el presupuesto recientemente aprobado en el Ayuntamiento de Ciudad Real con los únicos votos del PSOE y la franquicia de PODEMOS en la capital, Ganemos. A todo esto hay que añadir que se trata de un presupuesto que no podrá ejecutar el actual equipo de Gobierno porque tenemos elecciones en mayo.
Hace unos años escuché una frase, no a un gran político o estadista, sino a un actor. Decía Matt Damon que “lo normal en Hollywood es que cuanto mayor era el presupuesto, más simple solía ser el personaje”. Algo parecido pasa aquí. Que independientemente de lo que crezcan las partidas, independientemente de los recursos asignados, el papel lo aguanta todo, al final los actores del mismo e incluso el argumento es de lo más simple: mantenerse en la poltrona con propuestas electoralistas de cara a los próximos comicios. Hemos visto cómo año tras año, y van cuatro, las inversiones se van acumulando sin llegar a ejecutarse. Inversiones que se anuncian una y otra vez sin ningún pudor, sin que los vecinos las vean. Vemos cómo se hicieron jornadas y montajes grandilocuentes para explicar el gran cambio que experimentará Ciudad Real con la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible (EDUSI), mientras que las partidas que para este fin llevaba el presupuesto 2017 no se tocaron y las previstas para 2018 prácticamente lo mismo. Una parálisis que afecta a la ciudad y nuestros dirigentes no la ven. Mientras se votaba en contra de las enmiendas del PP el centro de la ciudad se llena de locales vacíos. El pequeño comercio cierra ante la pasividad del Ayuntamiento que se limita a ser actor secundario en un drama que hace que las palabras “Ciudad Real se para” no sean un simple slogan, sino una terrible realidad. Vemos cómo se cierran las puertas a las ideas de la oposición que buscan mejorar el presupuesto. Vemos cómo mientras dicen que este presupuesto favorece la participación ciudadana, las partidas que se incluyeron ya desde 2016 para este fin siguen intactas. El presupuesto participativo es una entelequia porque los únicos que participan en su elaboración son el PSOE y GANEMOS, o Podemos, o como se llamen hoy, en conversaciones sin luz ni taquígrafos. Por otro lado sigue avergonzándonos que el Ayuntamiento no apoye decididamente a la Semana Santa. La única celebración declarada de Interés Turístico Nacional a la que se le regatean medios y cariños. Porque a veces no solo hace falta presupuesto, sino sentir la cercanía de un ayuntamiento que cada vez está más alejado de la realidad de nuestros vecinos. Por cuarto año consecutivo, los cuatro años del pacto PSOE/GANEMOS, no habrá aumento en la partida de subvenciones ni la subvención para bandas de música. El argumento que se nos daba hasta ahora era que Ganemos no quería que existieran partidas con “nombres y apellidos” en el presupuesto. Pero es que este año van de nuevo dos partidas con nombre y apellidos para subvencionar a UGT y CCOO. Nos tendrán que dar otra excusa diferente y no seguir engañando a los cofrades de Ciudad Real. Por desgracia queda demostrado que el tamaño del presupuesto o de las partidas que lo conforman no es el barómetro adecuado para medir el interés real del equipo de Gobierno por esta ciudad. Para medir su interés hay que prestar más atención a las partidas que faltan que a las que aparecen.
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