Las pasadas elecciones ofrecen algunas lecciones. La importancia de los indecisos o de los que deciden su voto a última hora, en el último tramo de la campaña. El fracaso de los analistas y de las encuestas, que han fallado estrepitosamente. Recuerdo de pequeño cuando “el hombre del tiempo” hacía su predicción y raramente acertaba. O eso me parecía a mí. Con el tiempo, con la mejora de las técnicas y sobre todo con los satélites, las predicciones se han ido haciendo más fiables y si dicen que llueve, llueve. Con las encuestas electorales esta vez ha pasado lo contrario. Que decían que iban a llover votos a PODEMOS y esa lluvia no llegó. Pero hay una lección más importante que podemos sacar de estas elecciones. La lección de humildad que han supuesto para muchos. Empezando por quienes aseguraban, y siguen haciéndolo, que saben lo que quieren los electores, pasando por los que vendieron la leche antes de ordeñar la vaca. Les ha faltado humildad y se han encontrado con que los electores han dado la victoria a un hombre corriente. A Rajoy.
Comentarios recientes