El viernes a media mañana la Conferencia Episcopal anunciaba el nombramiento del palentino Gerardo Melgar, hasta entonces Obispo de Osma-Soria, como nuevo Obispo de Ciudad Real. Cuando el próximo 21 de mayo tome posesión canónica de la Diócesis, se convertirá oficialmente en el duodécimo Obispo de Ciudad Real y Prior de las Órdenes Militares de Calatrava, Santiago, Alcántara y Montesa, coletilla ésta a la que los ciudadrealeños no le damos especial importancia, pero que debería hacernos sentir orgullosos de ser depositarios de la tradición histórica, cultural y nobiliaria que suponen las Órdenes Militares españolas. En el escudo de monseñor Melgar figura en latín el lema “Te basta mi gracia”. Es lo que le dijo Cristo a Pablo cuando sintió la sensación de indignidad, de pequeñez, de «poca cosa» frente a la grandeza de la misión. Ignoro si monseñor Melgar se siente así ante la nueva misión encomendada de dirigir la Iglesia de Ciudad Real, pero a buen seguro los fieles de la Diócesis se lo pondremos fácil. Estamos deseando escuchar al pastor. Sabemos que el que escucha al Obispo crece en la «inteligencia de la fe», porque ellos poseen, por la sucesión apostólica, el «carisma de la verdad» (Cat. Igl. Cat. Nº 94, final). Bienvenido a esta llanura manchega en la que sus actuales dirigentes políticos, perdedores en las urnas, están haciendo cosas que la mayoría del pueblo no queremos.
Comentarios recientes