La Tribuna de Ciudad Real

Hay quien le atribuye a Napoleón la frase “lo difícil se consigue, lo imposible se intenta”. Yo escuché una versión más castiza de boca de un mando de la Legión española que arengaba a su bandera (aclaración para los legos en la materia: bandera en el sentido de batallón, no de bandera de España) en términos parecidos y les aseguraba que “lo difícil se consigue. Lo imposible se tarda un poco más, pero también se consigue”. En cualquier caso para el gran corso y para el teniente coronel legionario lo que estaba claro es que no se podía dejar de intentar acometer una empresa solo por el hecho de que ésta sea difícil o complicada. Y ahí está la diferencia entre los esforzados y los mediocres. Entre los que no se conforman con mantener una situación perniciosa y los acomodaticios que prefieren mirar para otro lado.

Durante el pasado pleno vivimos una situación difícil de explicar en relación a la polémica del botellón. El Grupo Popular presentó una moción que yo, ignorante de mí, pensaba que no generaría ninguna polémica y que sería apoyada por la izquierda gobernante. No pedíamos una barbaridad, no pedíamos un imposible, pedíamos que se creara una mesa de trabajo para el estudio del problema del botellón. Y lo pedíamos porque ya son muchos los años en los que se está mirando para otro lado ante un fenómeno que perjudica la salud de nuestros jóvenes y que lleva aparejados otros problemas como la suciedad y el ruido. La situación se está volviendo insostenible y hace unos meses la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería acudió a la Fiscalía para denunciar la actitud pasiva y tolerante del ayuntamiento ante este fenómeno anormal de beber en la calle. A mayor abundamiento, el pasado mes de abril el Congreso de los Diputados dio luz verde a las bases de una futura ley del alcohol para acabar con el botellón entre menores al aprobar, casi por unanimidad (creo que solo Ezquerra Republicana se opuso), el informe elaborado por la Comisión Mixta para el Estudio del problema de las Drogas, una comisión presidida por la diputada ciudadrealeña Carmen Quintanilla y que propone numerosas medidas educativas, sociales y sanitarias para acabar con el botellón y los comas etílicos entre nuestros jóvenes. Nosotros mismos reconocíamos en la moción que el problema no era nuevo y que es complejo, por eso pedíamos que se constituyera esa mesa de trabajo integrada por las partes implicadas entre las que necesariamente debía estar el Ayuntamiento de Ciudad Real, los grupos municipales, la Asociación de Empresarios de Hostelería, el Consejoven y la Junta de Comunidades, así como todo el que tenga algo que aportar o decir en este asunto. Esa mesa de estudio debería marcarse un calendario de trabajo que tuviera como objetivo redactar un acuerdo determinando los objetivos generales y concretos a perseguir, los compromisos a adquirir por cada parte, así como las medidas de seguimiento y evaluación a realizar. Pues bien, el PSOE y GANEMOS votaron que no. Que no se iba ni siquiera a intentar atajar el problema. Espero que no sea porque la mesa iba acompañada de la palabra “trabajo” y ya estamos demasiado acostumbrados a ver que son alérgicos a esa palabra. Es triste que los gestores públicos, aunque no hayan ganado las elecciones, miren para otro lado en un tema tan sensible. Al PSOE de la señora Zamora no les vamos a pedir la determinación de Napoleón ni el coraje de la Legión, pero lo que si le vamos a pedir es que mientras que estén cobrando como alcaldesa y concejales de nuestro ayuntamiento, se arremanguen y trabajen. Mirar para otro lado ante situaciones difíciles es de cobardes.

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Written by Miguel Angel Rodríguez
He sido muchas cosas, ahora solo un ciudadano de a pie que expresa su opinión sobre los asuntos de su interés, que son variados. Si no os gusta lo que leéis podéis seguir circulando. Sin acritud. Per aspera ad astra.