 El pasado martes 22 de mayo se cumplía un año desde la celebración de las elecciones autonómicas y municipales de 2011. Un año desde las elecciones, no un año de gobierno, por lo que el balance negativo que los socialistas se han apresurado a realizar debería haber esperado al menos a que se cumpliera ese año de mandato efectivo, por las formas más que nada.
El pasado martes 22 de mayo se cumplía un año desde la celebración de las elecciones autonómicas y municipales de 2011. Un año desde las elecciones, no un año de gobierno, por lo que el balance negativo que los socialistas se han apresurado a realizar debería haber esperado al menos a que se cumpliera ese año de mandato efectivo, por las formas más que nada.
La efeméride ha pasado casi inadvertida enfrascados como estamos en lo cotidiano, pero el 22-M fue un día importante para Castilla-La Mancha. La victoria de Cospedal en esta región supuso un hito histórico al descabalgar de la montura del poder a un partido socialista trufado de desmanes económicos y de descontrol. Un PSOE que durante los últimos años se dedicó a apuntalar los palacios construidos en el aire con el dinero de todos, para que estos no se les vinieran encima sepultando entre escombros sus ínfulas megalómanas que les llevaron a pagar conciertos, películas y saraos en un claro ejercicio de irresponsabilidad política. Más teniendo en cuanta que esas actuaciones se hicieron cuando la crisis ya se cernía sobre la región y los ingresos se desplomaban. Aún recuerdo a los socialistas afirmar que su líder Barreda fue el primero en ver la crisis…pues menos mal que la vio.



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