Con el verano dando sus últimos coletazos y ya metidos en septiembre toca empezar a tocar temas “candentes”. Esta semana que termina han sido noticia dos jueces. El primero de ellos, el juez Gómez Bermúdez, ha decidido investigar al ministro del Interior por una posible revelación de datos del “caso Cordón”. Este tipo, que tiene el mismo apego a las cámaras que su ex colega Garzón, sabe que su decisión no deja de ser “mediática” ya que la competencia para investigar un posible delito de revelación de secretos sería del Tribunal Supremo, tratándose de un aforado. Pero lo que es de traca es que el tal Gómez Bermúdez se quiera convertir en el guardián de las esencias de la discreción judicial teniendo en cuenta que siendo juez del 11-M fue protagonista, dicen, de una de las indiscreciones judiciales más sonadas de la historia y que dieron lugar a un jugosísimo libro escrito por su propia mujer!!! Hay gente “pa tó”, como diría “El Gallo”.

 

El segundo juez del que quiero hablar, y esto es más serio, es el juez central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, que ha decidido conceder la libertad condicional «por razones humanitarias» al preso de ETA Josu Uribetxeberria Bolinaga, enfermo de cáncer con metástasis. El magistrado apoya su decisión en los «principios de humanidad y derecho a la dignidad de las personas» que, afirma, «tienen que predominar sobre cualquier otra consideración legal» y no pueden ejercerse «en plenitud en la cárcel». Humanidad por cierto, que no es un rasgo o cualidad que adorne al criminal Bolinaga. Para Castro, los límites para los «principios de humanidad y dignidad» no se encuentran en las características penales o personales del delincuente, «sino en la incidencia de la enfermedad y en su capacidad para delinquir». El fiscal puede presentar un recurso a esta decisión judicial, ya que el auto adolece de ciertos defectos que lo harían posible. Este recurso del fiscal está siendo solicitado por las asociaciones de víctimas y por la sociedad en general, que lo ven como un último intento de que Bolinaga  no salga de la cárcel.

Las asociaciones de víctimas y los ciudadanos de bien estamos escandalizados y tristes con una decisión judicial que ha sido recibida como un mazazo, pero que no nos queda más remedio que acatar. Querer enfrentar a las víctimas con el gobierno es un error del que sólo saldrá beneficiada la ETA y su entorno. Ahora más que nunca nos toca apoyar a nuestro gobierno para que la derrota del terrorismo sea una realidad. Además hay que ser prácticos, porque si este asesino se muere en la cárcel habría nacido un mártir, un icono para los pro etarras. En cambio, cuando se muera en su casa dentro de nueve meses o de un año, sólo será un miserable menos. En cualquier caso esta es mi opinión y comprendo que haya quién considere que debería morir en la cárcel. Se ha aplicado la ley y no creo que este caso se deba vender como una victoria del terrorismo. Insisto, sólo cabe la unidad sin fisuras y el apoyo firme y claro a las decisiones del gobierno que busca la derrota definitiva de ETA. Derrota que debe llevar aparejada la entrega de las armas y la petición de perdón a las víctimas.

 

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Written by Miguel Angel Rodríguez
He sido muchas cosas, ahora solo un ciudadano de a pie que expresa su opinión sobre los asuntos de su interés, que son variados. Si no os gusta lo que leéis podéis seguir circulando. Sin acritud. Per aspera ad astra.