El pasado jueves se vivieron en el Pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha algunos momentos desagradables protagonizados por el PSOE regional. Fue el Pleno en el que se aprobaron medidas como la reducción del IRPF en Castilla-La Mancha, de forma que pueda entrar en vigor a partir del 1 de enero de 2015. Así, el Gobierno planteó reducir el tramo autonómico del IRPF en un punto, bajando del 12 al 11%. Y por ello Castilla-La Mancha se convierte en “la comunidad autónoma de España que, en el tramo mínimo del IRPF del tramo autonómico, se va a pagar menos que en ningún lugar de España», según palabras de la propia presidenta Cospedal. Además Cospedal se mostró orgullosa de la actitud de los ciudadanos de los que dijo “han sido capaces de superar toda esa quiebra que nos dejó el PSOE, y por eso hoy podemos bajar los impuestos”. No es la primera vez que la presidenta agradece a los ciudadanos el esfuerzo realizado, un esfuerzo necesario para lograr un futuro mejor. Además las Cortes de Castilla-La Mancha aprobaron el pasado jueves, con los votos en contra del PSOE, una resolución del PP en la que instan al Gobierno de España a limitar y reducir el número de aforados.
En esta resolución, que se votó tras finalizar el debate general celebrado a petición del PP sobre este asunto, el Parlamento autonómico se muestra a favor de todas aquellas reformas o modificaciones que contribuyan a delimitar el ámbito de aplicación del aforamiento en España y el número de personas que lo poseen. Todo ello, dentro de «un consenso constitucional y el acuerdo de los partidos políticos. Pues este punto no gustó nada al PSOE y tras una intervención bronca de su portavoz le tocó el turno al nuestro que, entre otras cosas, recordó a la bancada socialista que tienen a un ex secretario general imputado por el caso CCM, al señor Moltó. Pero es que además el actual secretario general, señor García Page, “está implicado en una denuncia de IU en el caso Seseña”, según palabras de nuestro portavoz fácilmente comprobables. Fue escuchar esto y se desató la ira de la oposición. Un verbo, implicar, que en su primera acepción sólo significa envolver o enredar, encolerizó a algunos diputados del PSOE que profirieron palabras gruesas contra los portavoces populares. Quizá es que entendieron otra cosa, otro verbo distinto, porque de otra forma no se entiende tanta visceralidad, aguantada estoicamente por nuestros portavoces, dicho sea de paso. Gracias al temple del presidente de las Cortes la cosa no pasó a mayores, pero yo me pregunto, ¿hasta cuando debemos soportar esa actitud de los representantes socialistas en las Cortes de Castilla-La Mancha? Es una actitud poco respetuosa y poco edificante ante una ciudadanía que reprueba ese tipo de actitudes. Por fortuna nuestra sociedad ha alcanzado la suficiente madurez para comprender que lo único que el pataleo, los gritos y las descalificaciones quieren ocultar, es una huída hacia delante, pero sobre todo, una falta de proyecto político para esta región.
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